lunes, 15 de marzo de 2010
Y NOS AMAMOS
Y tu lengua acompañaba el recorrido de los labios tejiendo y destejiendo el agua de las pieles, amordazando el eco en un temblor exquisito de más besos creciendo como un ave que demoraba el vuelo de sus alas. La tarde se bañaba en nuestra imagen atravesando la ventana, dibujando la furia dentro y fuera de la habitación que estallaba en los confines ardiendo bajo el anonimato de los soles. Me tenias tallando tu perfil de hombre que declinaba por mis pechos, nadando en la marea de los cuerpos como una bocanada de suspiros en la espesura de la piel que se perdía en mis entrañas. Y la noche cobijó tu aliento dentro de mis labios en un eterno letargo de felicidad, gimiendo con la brisa de tus dedos atados al recuerdo bajo la silueta encendida de un sol que nos envolvía esbelto dentro de las sombras. Te amé saboreando el hechizo que rondaba por mi cuello, erguido en mí como una inmensa fogata que rozaba el occidente, arqueado de placer entre tus brazos y mis formas que se extendían en todos los rincones. Bebí de tu ser agitando la memoria, perdida en el hemisferio de tus cuatro puntos cardinales mientras el silencio recorría el alboroto de tus manos moldeando lo cóncavo y convexo que fluía desde mí hacia tu abismo. El tiempo se ocultó en las pupilas ennegrecidas del amor que dibujaban la ternura, en el relieve de los labios como un enorme espasmo atravesando el cielo que me ejecutaba en el espejo de tu rostro.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)